
Desmitificando los sistemas de energía: conoce tu entrenamiento desde adentro
3 de abril de 2025Cuando uno prepara una ultra puede controlar muchas variables, pero la que siempre escapa de nuestras manos es el clima que haga ese día. Mentalmente es uno de los factores que trabajo en mis entrenos y confieso que mi gran preocupación de cara a Valholl era esta. Pensar en ello me angustiaba; pensar en la posibilidad de que suspendieran el circuito por mal tiempo es algo como atleta (al menos para mí) difícil de procesar, y por qué? porque es largo el proceso que uno lleva a cabo previo a estar en la línea de partida, son muchos sacrificios, tiempo, esfuerzo, energía… partí con este miedo y mentalmente preparada para lo peor.

En principio la carrera iba a partir a las 6 am del Viernes 21. El Jueves alrededor de las 7pm la organización nos informa que por el clima la partida sería a las 5am; a los minutos nos informan de un leve cambio en el trazado de la ruta, compartiendonos el GPX actualizado. Esto me hizo mucho ruido y decidí no mirar más el pronóstico del clima porque cada vez que lo veía era peor. Cruce todos los dedos para que todo salga bien.
Tuve la suerte de descansar unas 5 horas y media antes que sonara mi alarma a las 4 am; me levanté fresca, motivada. Desayuné una taza de avena con leche y media banana y nos fuimos a la largada con mi hermana.

No suelo emocionarme en las partidas, pero esta carrera fue especial desde el dia que decidi inscribirme y fue imposible contener las lágrimas antes de partir; estar ahí, en Ushuaia, enfrentandome una vez más a una ultra, con todo lo que eso conlleva, para mi era un sueño más por cumplirse.
Con una madrugada hermosa, de 2 o 3 grados, lluvia y todo el equipo adverso encima partimos. Mi estrategia siempre fue ir de menos a más; la mayor cantidad de desnivel se acumulaba en los primeros 70 kilómetros así que había que ser conservador. Había estudiado muy bien el circuito y como siempre, estaba corriendo con mi hoja de ruta a la mano para tener referencias de desnivel por kilómetros, cuando sacar y/o guardar los bastones, cuando tenía que reforzar mi nutrición, horarios de corte, drop bug, etc.
En el kilómetro 6 pisé de costado una raíz que claramente estaba mojada y me resbalé; termine tirada en el piso y con un golpe fuerte. De esos episodios que asustan porque la carrera recién empezaba; sabía que mínimo raspón y moretón en mi lateral izquierdo iba a quedar… sentí la caída hasta el kilómetro 30 y por momentos tenía miedo de sentir algún dolor fuerte que me obligara a abandonar. Lo fui llevando con la mente, hasta que de pronto me di cuenta que no sentía nada y las pierdas fluían.
En el kilómetro 9 me siguieron para avisarme que una de las chicas élites estaba a 1 minuto de distancia; yo pensé ¡la carrera acaba de empezar y me reí! en ningún momento (ni estando primera) dejé de hacer mi carrera, aquella que había preparado durante 4 meses. Pensé: ¡la mejor es la que debe ganar!. Mantra que siempre me repito en cada carrera que hago.
Hasta acá la mayoría de la gente creía que era de cualquier lado del mundo menos de Argentina. Me alentaban en Inglés y yo diciendo que era Argentina. ¡muy divertido!
Consigo pasar a esta chica y casi llegando al kilómetro 30 paso a la primera corredora. Pensé lo mismo…. faltan 100 kilómetros, todo puede pasar… sigo con mi carrera. Sumado a que no quería quemarme, faltaban muchos kilómetros y más de la mitad de desnivel!.
A todo esto ya habíamos corrido por barro, turba, nieve y nos habían tocado todos los climas: lluvia, nieve, viento helado, sol; así una y otra vez. Increible este fenómeno; sin duda una de las cosas que más me llevo de Ushuaia.

Los puntos de avituallamiento Castor 1-2-3, eran el punto donde estaba el drop bug y donde estaba la persona designada a ayudarte, en mi caso sería mi hermana, Erica.
Llegué a Castor 1 (km 70) super feliz porque sabía que iba a estar mi hermana esperándome. El plan era parar y cambiarme, pero me sentía tan bien que decidí cargar agua y seguir.
Castor 2 (km 82), seguía sintiéndome con mucha energía asi que también decidí pasar rápido. Venía la subida al Cerro Castor con 5k con +500 y 5k de bajada. Acá bolé, pude hacer muy rápido este tramo; corrí para arriba todo lo que pude y baje a tope.
A esta altura, me preguntaron de dónde era y se hizo público que era Argentina 😀 , de la provincia de Chubut, de Trevelin.
Castor 3. Era mi última chance para cambiarme y prepararme para la noche porque ya no tendría más el drop bug, ni a mi hermana; decidí cambiarme solo la parte de arriba para partir seca.
Se empezaba a sentir que la temperatura bajaba. Sume un par de guantes extras por las dudas; deje mis auriculares, ingenua yo…pensé correr con música parte de la ruta pero con el frío que hacía era imposible sacar mis orejas de la vincha que llevaba, ni loca!
Una primera y segunda piel secas, una sopa calentita y un buen paquete de papafritas para la ruta y arrancamos.
Mi energía seguía arriba, me despedí de mi hermana y le dije ¡nos vemos en la meta!
Para este punto el cariño de la gente era impresionante! Todos me alentaban y era hasta emocionante estar viviendo esto en casa.
A partir de ese momento corrí casi toda la ruta con un chico llamado Martín de Ushuaia, un crack también. Ir con él me ayudó a mantener un ritmo constante y seguir muy enfocada; cuando uno caminaba empujaba el otro, y así ibamos… un genio, además se conocía todo el circuito!
Subimos a la Laguna Esmerando (Km 100), estimo eran entre las 10-11 de la noche; ¡un frío! Pero ya no faltaba nada… solo 30K. Ya metida en el bosque otra vez y sintiéndome entera, quise ver cuantas horas de carrera llevaba pero mi reloj se había muerto, asique hasta que cruce el arco de finisher no supe mi tiempo.
Empuje, empuje… ya quería llegar y vivir esa llegada.
Sentí que me costaba ver las marcas en la ruta así que decidí tomarme un gel con cafeína; hasta el momento lo estaba evitando porque no quería quedar tan pasada de vuelta post carrera… tomarlo me activó nuevamente el sentido de la vista.
Aclaró que recién a partir del kilómetro 82 empecé a consumir geles. Antes ya lo había planificado NO hacer. Mitad de la ruta lo haría con comida y carbohidratos disueltos en líquido y la 2da mitad de la carrera lo reemplazaría por geles + agua.
De pronto apareció la ciudad, con una luna espectacular, dichosa de observar… se empezaba a escuchar la voz de Nico recibiendo a los corredores; acá es cuando uno hace flashback de lo vivido… agradeci, agradeci mucho por mi fuerza, por mi esfuerzo, por mi salud, por la vida que me sigue poniendo desafíos como estos, por tener conmigo a mi hermana; vivir esta experiencia con ella fue increíble. A veces no parece, pero tener a la familia cerca en retos así es un plus, solo en 4 oportunidades he podido compartir con ellos carreras así que es algo que abrazo, valoro y agradezco muchísimo.
2 kilómetros antes de la llegada, del frío se me empezó a cerrar el pecho y como un ángel, de la nada, apareció mi hermana diciéndome vamos Mari, vamos! Le conté que tenía el pecho raro y de la galera sacó un té caliente… genial! siempre lista!

Corrimos juntas los últimos metros hasta entrar en la manga. Emoción.
Pensé: es la primera vez que voy a romper una cinta, así que ¡más vale que lo disfrute! y así fue. La agarre fuerte, la levante y grite VAMOOOO!

A esta carrera había venido con el objetivo de un top 10 y terminar el circuito en menos de 24 horas. No podía estar más feliz por el resultado. El pase a UTMB 2026 lo había visto lejos.
Recién dejando Ushuaia, arriba del vuelo pude asimilar mejor todo lo vivido y repasar esos increíbles 130k. Un ciclo más que se vá. Fue un proceso largo pero que disfruté mucho. Me voy con un merecido 1er puesto.
Les comparto mi nutrición durante la carrera:
- 2 litros de Tailwind Endurance Fuel
- 2 litros de sales GU efervescentes
- 6 litros de agua
- 10 cuadraditos de dulce de membrillo
- 6 turrones de maní, marca Arcor.
- muchas papas fritas
- 2 sopas con fideos
- 4 camofits.
- 8 geles, 6 de la marca SIS y 2 GU con cafeína.
Cosas de las que me siento orgullosa post carrera:
- el plan de nutrición que lleve a cabo.
- la elección en el calzado y el cuidado de mis pies; el 90% de la ruta tuve los pies mojados, y pese a ello terminé con los pies sin ninguna ampolla.
- la elección de la campera fue clave para no pasarla mal y soportar todos los climas.
- la estrategia de carrera; empezar de menos a más y enfocarme todo el circuito en mi y no en los competidores. Hacer mi carrera de acuerdo a lo que había entrenado y planificado.
- el tapering y el descanso días previos fue clave para empezar fresca y segura la carrera.
- correr con 3 soft flask y NO con bolsa de hidratación, me ayudó a ser más eficiente y ahorrar tiempo en los PAs.
Indumentaria con la que corrí y marca.
- Zapatillas Cascadia 18 – Brooks
- Medias Ultra – Brooks
- Lycra-Calza – Brooks
- 1era + 2da piel – Brooks
- Casaca de Gore tex – Brooks
- Cuello UV – Soy Esencial
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